La transversalidad del campo de batalla cibernético
![Petty Officer 3rd Class Chris D. Howell, U.S. Navy [Public domain] - Wikimedia Commons. Blog Elcano](https://i1.wp.com/blog.realinstitutoelcano.org/wp-content/uploads/2015/03/batalla_cibernetica.jpg?resize=600%2C381&ssl=1)
(Petty Officer 3rd Class Chris D. Howell, U.S. Navy [Public domain], via Wikimedia Commons)
En este contexto, a principios de este año el general Martin Dempsey, la más alta autoridad militar de las Fuerzas Armadas estadounidenses, declaró que su país no gozaba de la supremacía en el ámbito cibernético, al contrario de lo que todavía ocurre en el resto de los ámbitos de operaciones. Por tanto, entre los principales objetivos estratégicos del Pentágono se encuentra alcanzar la supremacía en el campo de batalla cibernético y electromagnético, caracterizado por la convergencia de la ciberguerra, la guerra electrónica y el control del espectro electromagnético.
No cabe duda de que la desproporcionada digitalización de la información y la imparable proliferación de redes cableadas e inalámbricas, que permiten el acceso a sistemas que hasta hace pocos años se encontraban offline –unido al crecimiento exponencial en el uso y comercialización de dispositivos electrónicos de reducido tamaño, bajo coste y elevadas capacidades de almacenamiento–, están propiciando una imparable convergencia en la interoperabilidad de las distintas tecnologías, plataformas, sensores y armas condicionando la configuración del ciberespacio como entorno operativo y afianzando su condición de dominio transversal en el campo de batalla.
Para enfrentarse a estos retos, el Pentágono ha dotado a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA, en sus siglas en inglés) de un presupuesto cercano a los 3.000 millones de dólares (similar al aprobado para 2016) para investigación, desarrollo e innovación de nuevas tecnologías destinadas a uso militar, en especial las relacionadas con el ciberespacio. Buena parte de este presupuesto está destinado a programas que tienen como objetivo mejorar las capacidades que permitan realizar las denominadas Computer Networks and Electronic Operations (CNEO), satisfacer la creciente demanda de ancho de banda (necesario para que la presente y futura operatividad de las fuerzas armadas estadounidenses no se vea severamente reducida), evolucionar los sistemas no tripulados en cualquiera de sus modalidades (terrestres, acuáticas o áreas), avanzar en las tecnologías de miniaturización de sistemas y componentes eléctricos y electrónicos, mejorar las capacidades y tecnologías del Big Data con el objetivo de optimizar la gestión de la información, y avanzar en todas las disciplinas relacionadas con la inteligencia artificial, la biometría, la guerra inalámbrica o el uso avanzado de impresoras 3-D.
El Pentágono tiene la certeza de que las principales potencias mundiales (Rusia, China e Israel), llevan varios años trabajando en el desarrollo y obtención de capacidades cibernéticas avanzadas, y en especial las relacionadas con las CNEO. El supuesto aterrizaje de un drone de reconocimiento estadounidense en Crimea a manos de hackers rusos a principios de 2014, o el ataque israelí contra una central nuclear en Siria en 2007 serían algunos ejemplos que evidenciarían los avances de estos países en el ámbito de las CNEO.
Actualmente, las Fuerzas Armadas estadounidenses se encuentran inmersas en un proceso de redefinición y aplicación doctrinal en cuanto al carácter transversal y multidisciplinar del ciberespacio como nuevo entorno del campo de batalla. Paradójicamente, la inmensa mayoría de sus socios y aliados, aquellos que han llegado tarde a este nuevo dominio y que desde la urgencia pretenden gestionarlo, parecen no haber comprendido la transversalidad del ciberespacio y siguen desarrollando doctrinas verticales que propiciarían una reducción operativa de sus fuerzas armadas.
En definitiva, no cabe duda de que las Fuerzas Armadas modernas son cada vez más dependientes de los recursos electromagnéticos y las tecnologías del ciberespacio. Ambos están en un continuo proceso de convergencia, propiciando con ello la emergencia de un “campo de batalla cibernético y electromagnético” que requiere una adaptación continua.
Enhorabuena. Muy interesante y apabullante.
En la cuenta de Twitter de THIBER planteais una estrategia nacional de ciberdefensa. Como se articularia esta?. Gracias.
Muchas gracias por tus palabras.
No recuerdo que hayamos planteado una estrategia nacional de ciberdefensa. Lo cierto, es que las Fuerzas Armadas tienen unas características muy especificas en esta materia.
Enrique, muy interesante. Me preocupa que nuestro MCCD tenga una vision vertical y no este aplicando/vaya a aplicar la transversalidad operativa. Como lo ves?
Gracias amigo!
Muchas gracias Jesus.
Los arranques son siempre complejos; una cosa es tener una vision transversal y otra poder aplicarla.
Al final terminaremos como con el escudo anti-misiles, si queremos protección se la pagaremos a EEUU, ¿no?
Hola, esperemos que no. De hecho, hoy por hoy los gobiernos son muy celosos con sus cibercapacidades. Lo importante es ‘dar un empujon’ a la industria nacional de ciberseguridad y ciberdefensa.
Buen articulo, Enrique. Como siempre, divulgando la actualidad en el campo de la Ciberseguridad. Estan a muchos anos luz del resto… Aunque la diferencia entre los paises cada vez es mas amplia……, y Estados Unidos quiere seguir liderando…. Solo con presupuestos altos como el de DARPA se pueden realizar proyectos de ciberseguridad de cierto calado. Mientras tanto, otros paises dedicandose a ver que pasa o hacer muchos eventos y foros…. En fin… a seguir asi, con esta gran labor de divulgacion, tan necesaria…
Muchas gracias Jose Ramón. La filosofia del ‘poco a poco’ es perniciosa en un dominio tan competitivo y mutante como este.
Buenas tardes, me ha parecido muy interesante y elocuente. No debemos aspirar a parecernos a USA, en el corto plazo, pero la ciberseguridad y la ciberdefensa no es lo mismo que los entornos tradicionales. En este sentido, me parece que en muchos paises aliados, y el nuestro tambien, estana verlas venir. En definitva, estamos lejos o muy lejos?
Muchas gracias.
Depende con quien nos comparemos y a quien preguntemos 🙂 Esta claro que no somos de los primeros de la clase.
Enhorabuena por tu articulo, Enrique. ¿Crees que en Defensa se está dando un enfoque correcto al desarrollo de capacidades cyber de modo transversal? Al menos se ha creado un mando conjunto de cyberdefensa, por lo que cabe esperar que desde ahí se coordine la adquisición de capacidades cyber de los Ejercitos, y no haga cada uno la guerra por su cuenta… no?
Muchas gracias Gustavo.
Partiendo de la base de que el peso de los ejércitos respecto a lo conjunto es todavía grande, una de las principales batallas es evitar que cada uno haga lo que crea conveniente. En mi opinión, en Defensa se esta haciendo mucho pero hace falta una mayor determinación global.
Enhorabuena por el artículo. Sinceramente creo que vuestra labor de creación de opinión en el ámbito de la ciberseguridad es fundamental.
Sintonizo totalmente con la idea de impulsar la industria nacional en ciberseguridad, en todos los ámbitos. En el ámbito militar, no me cabe en la cabeza la adquisición de capacidades de ciberdefensa (y ciberarmas) a otros países, aun siendo aliados. Creo que hay materia gris de sobra en este país para liderar y desarrollar este ámbito tecnológico, y a medio y largo plazo supondría un acierto estratégico y económico.
De hecho, existen ciertas empresas nacionales que ya han empezado a recorrer el camino (tecnologías aplicadas al cibercombate). Sería un error no contar con su experiencia.
Muchas gracias y mucha suerte con vuestra nueva publicación de CiberElcano.
Muchas gracias por el comentario y los buenos deseos.
Sin duda, depender de terceros menoscaba nuestra soberania. Estamos ante la hora de la verdad.