Gaza, paradigma del desprecio a las normas

Gaza, paradigma del desprecio a las normas. Situación en la Franja de Gaza (julio 2014). Fuente: BBC – OCHA.
Una de las trampas habituales al tratar el conflicto israelo-palestino es concentrar la atención exclusivamente en lo que acaba de suceder y analizar las acciones y reacciones de los diferentes actores a partir de ese punto, como si la historia de este largo conflicto empezara precisamente en ese instante y no fuera necesario tomar en consideración el contexto. Más allá de las intenciones de quienes actúan de ese modo- sea por ignorancia, por urgencia o por deseo de adoctrinamiento, ocultando lo que pueda cuestionar la interpretación que el autor pretende “vender” como análisis objetivo-, también hay que contar con el escaso espacio disponible en la mayoría de los medios cuando tocan temas complejos del escenario internacional.
Así, en la brutal dinámica de violencia que sacude ahora mismo a Gaza se tiende a empezar el relato con el secuestro de los tres jóvenes israelíes, lo que, inevitablemente identifica a Hamas (que no ha asumido en ningún caso la autoría) como el agresor y, en consecuencia, a Israel como el obligado a reaccionar a su pesar. El problema, incluso para quienes quieren remontarse en el tiempo para encontrar el origen de todo (suponiendo que haya un solo origen) y asignar así las respectivas responsabilidades, es que resulta imposible encontrar objetivamente un hito que pueda ser unánimemente identificado como tal. Hablamos de dos pueblos igualmente semitas, con presencia secular en lo que hoy conocemos como Palestina; pero también hablamos de enemigos de la paz en ambos bandos que se ocupan muy eficientemente de desbaratar cualquier sincero intento de encontrar una salida aceptable al túnel en el que llevan tanto tiempo sumidos.
No es, por tanto, ése el camino adecuado para salir de dudas, para establecer un relato fehaciente que sirva de base común para la comprensión de lo que pasa y para fundamentar la búsqueda de la paz sobre bases sólidas. No será la historia acumulada, con sus respectivas narrativas sesgadas, lo que servirá para resolver un conflicto que nunca se solucionará a través de las armas. Visto así, lo que queda entonces es ajustarse al marco de derechos que hemos ido paulatinamente construyendo entre todos –desde el derecho internacional hasta el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, sin olvidar obviamente las normas que regulan la guerra. De ese modo, el ejercicio de asignación de responsabilidades consiste en determinar la autoría de cada uno de los actos que violan ese marco legal.
Por supuesto, actuando en consecuencia quedará claro que hay diversos actores palestinos que han sido y son responsables de actos condenables (como el ataque indiscriminado con cohetes o la comisión de atentados contra población civil), sin olvidar que el derecho internacional reconoce el derecho al uso de la fuerza contra la ocupación. A partir de esa realidad, Israel –en un impresionante ejercicio de marketing negativo– ha logrado que cale la idea de que los todos los palestinos son potenciales terroristas, Hamas es un grupo terrorista (como si no hubiese ganado las elecciones de 2006 y solo fuese una organización armada) y no hay interlocutor para la paz (en un abierto y diario desprecio a la Autoridad Palestina).
Pero utilizando la misma vara de medida resulta elemental identificar a Israel (su gobierno, pero también su sociedad) como responsable absoluto de mantener una ocupación que ya va camino del medio siglo. Desde 1967 los sucesivos gobiernos israelíes han dado sobradas muestras de su dejación a la hora de asumir las obligaciones que le corresponden como potencia ocupante (y de nada sirve su argumentación de que, en Gaza, la ocupación finalizó cuando decidió retirar a sus colonos en 2005). En esa misma línea, se acumulan las violaciones del derecho internacional, con la aplicación de un castigo colectivo a los más de 1,7 millones de gazatíes, hasta el punto de convertir la Franja en la mayor prisión del planeta, cerrada por tierra, mar y aire al mundo de modo arbitrario. A esto se suma, en ocasiones como la derivada de la operación Margen Protector, la desproporción en el uso de la fuerza (aplicada indiscriminadamente contra civiles, con el insostenible argumento de que las muertes que se produzcan deben asignársele a Hamas). A pesar de ello, Israel disfruta de un privilegiado Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (que parece olvidar sus propias estipulaciones con respecto a las cláusulas democráticas y a los productos fabricados en los ilegales asentamientos), y de unas relaciones con Estados Unidos que le confieren un grado de impunidad del que no goza ningún otro Estado del planeta.
Llegados a este punto, el problema no es solo que la comunidad internacional sea totalmente impotente y amnésica, olvidando las referencias legales y éticas que deberían guiar su actuación. Tampoco lo es que Washington –el único actor internacional con capacidad real para modificar el rumbo delirante que sigue la región– siga atado a Tel Aviv, hasta el punto de asumir el coste de quedarse solo en el Consejo de Seguridad de la ONU defendiendo a su aliado a toda costa, se ajuste o no en su comportamiento a las más elementales normas legales. Más problemático aún es que los israelíes (con honrosas, pero muy minoritarias excepciones) actúen al margen de sus propios presupuestos éticos y morales, obsesionados con el mantra de estar rodeados de enemigos que desean su destrucción y de una mayoría de países que, como mínimo, no entienden la excepcionalidad de su caso. Es lo malo de sentirse un pueblo elegido, dispuesto a enfrentarse al resto del mundo si es preciso, sin necesidad de ajustarse a las normas que el resto de los mortales nos hemos dado para eliminar, o al menos reducir, la barbarie. En esas condiciones, poco puede esperarse de la próxima tregua.
Israel lo ha dicho por activa y por pasiva: la destrucción de arsenal y túneles de los terroristas de Hamás es un acto de legítima defensa más allá del asesinato de los 3 jóvenes israelíes. Israel pasó definitivamente a la ofensiva el 11 de Julio cuando comenzaron los lanzamientos de misiles contra territorio israelí.
Por supuesto que todo el problema de la zona tiene uno claros antecedentes histórico/políticos, pero Israel no está “vengando” la muerte de ningunos chavales suyos. No. Está defendiendo su territorio y sus ciudadanos de unos masivos ataques terroristas.
Israel atacó primero a hamas, acusándolos injustamente de asesinato, arrestando a más de 400 palestinos y matando 8 mas en el proceso (dos de ellos menores de edad). todo para evitar el gobierno de coalición entre hamas y al fatah.
http://www.foreignpolicy.com/articles/2014/08/04/how_to_fix_it_jimmy_carter_mary_robinson_israel_palestine_gaza_hamas
Mientras llega la PAZ, mientras se encuentra la SOLUCIÓN al problema en la zona, mientras occidente encuentra el BOTÓN DE APAGADO para las desagradables escenas que nos muestran a las víctimas de la guerra (muchas niños pequeños) Pregunto ¿Israel qué debe hacer ante la ofensiva del grupo terrorista Hamás?
Nos horroriza Al-Qaeda, el ISIS, etcétera, etcétera, pero en la tierra de Palestina el terrorismo yihadista gobierna en Gaza. Y lo hace en contra de Israel y de los propios palestinos. Y en contra, también, de cualquier acuerdo de la COMUNIDAD INTERNACIONAL, lleve el apellido que lleve, que no pase por la aniquilación total de todo vestigio judío; carta fundacional de Hamás.
En cuanto a las guerras y sus escenas, siempre desagradables, siempre cargadas de dolor y muestra de que la guerra –consustancial con la historia de la Humanidad– es el pecado original del ser humano, son muestra también de la hipocresía que envuelven muchas veces todos estos conflictos. Nos duele Palestina pero no le hacemos a penas caso a África. Quizá porque en el continente negro no existe un Israel dispuesto a defender los derechos y la democracia frente a la barbarie y sin razón del islamismo terrorista o el animismo salvaje.
Hamas ya estaba en negociaciones para formar un gobierno de coalición y lograr la paz. Israel saboteó esos esfuerzos.
This tragedy results from the deliberate obstruction of a promising move toward peace in the region, when a reconciliation agreement among the Palestinian factions was announced in April. This was a major concession by Hamas, in opening Gaza to joint control under a technocratic government that did not include any Hamas members. The new government also pledged to adopt the three basic principles demanded by the Middle East Quartet comprised of the United Nations, the United States, the European Union, and Russia: nonviolence, recognition of Israel, and adherence to past agreements. Tragically, Israel rejected this opportunity for peace and has succeeded in preventing the new government’s deployment in Gaza.
http://www.foreignpolicy.com/articles/2014/08/04/how_to_fix_it_jimmy_carter_mary_robinson_israel_palestine_gaza_hamas
Verdades como puños y algunos dirán que sois anti semitas.
1. El lanzamiento de cohetes empezó (tras 19 meses de cese casi total) cuando Israel mató a 5 milicianos de Hamás en su razia en busca de los 3 chavales cuando ya sabía que estaban muertos, así que lo de los cohetes, comentarista Francisco, no cuela.
2. Mientras llega la paz Israel puede dedicarse a desocupar Cisjordania, levantar el bloqueo de la Franja de Gaza, reconocer a Palestina, evacuar las colonias y respetar la más mínima legalidad internacional como por ejemplo no matar a más de 100 niños para vengar a 3.
3. Animismo salvaje? Sinceramente me da la impresión de que has caído en la más ruin de las necedades.
Un ejemplo: nadie niega de lo civilizada que fue Alemania, le da derecho a masacar a un colectivo, peor aún, a no esperar críticas?
En África tienes un grandioso ejemplo Francisco, la Sudáfrica del Apartheid, ayudada por Israel. Avanzada, más refinada que sus vecinos y a la vez la más guturalmente salvaje e inhumana.
Los argumentos que empleáis para difuminar lo que ha pasado, lo que han hecho y lo que han padecido los palestinos los energúmenos como tú que pululan por la web que repetís como mantra exactamente lo mismo sois una vergüenza.
Estamos contra el genocidio palestino como lo estuvimos contra el Holocausto, contra el genocidio armenio, contra la barbarie belga en el Congo, contra el genocidio maya y contra cualquier otro acto de barbarie, por refinado y celebrador periódico de elecciones que sea el criminal.
Israel es un estado genocida que comete a diario crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad. Son una vergüenza para la especie.
Es difícil que una organización terrorista, por definición, busque ningún tipo de paz que no vaya en la dirección que antes han marcado sus ataques terroristas: por eso hace terror y política. ¿La prueba? Cada tregua entre el Estado democrático de Israel y el Gobierno teocrático terrorista de Hamás ha sido violada por los terroristas con un nuevo lanzamiento de misiles. Y de nuevo, claro, consecuencias y dolor. Dolor y destrucción que oportunamente ha sabido utilizar Hamás en los medios de comunicación de todo el mundo. Porque Hamás sabe QUE NO PUEDE DERRROTAR militarmente a Israel, por eso a ellos les interesa sacar un rédito político/mediático de toda esta espiral de ataques: la propaganda y el descrédito internacional de Israel. Y si para ello el pueblo palestino tiene que sufrir, como dijo un líder de Hamás en una televisión: “se sacrifican por la yihad…” Poco más que comentar.